En las primeras décadas del siglo XX llegaba a Gálvez desde Capital Federal, el Contador Bartolomé Antola, buscando horizontes nuevos para desarrollar su actividad. Conoce a Ida Dubini, con la que contrae enlace, y establecen su domicilio en la calle Lisandro de la Torre de Gálvez.
Conforman con otros comerciantes la sociedad “Etchegaray, Antola & Compañía” e instalan un Almacén de Ramos Generales en calle Belgrano 532, (donde hoy hay un supermercado). Era un negocio enorme, donde comercializaban gran variedad de alimentos, bebidas, artículos de cuidado personal, materiales de construcción, semillas… Sus clientes eran los pobladores de Gálvez y los campesinos de las estancias de las cercanías.
En el interés de captar la atención de sus clientes preparaban con cuidado sus vidrieras; cierta vez les enviaron por ferrocarril un puma y lo expusieron allí, provocando una gran sensación.
Sólo puedo recordar el apellido de dos colaboradores: el Sr. Banús y el Sr. Almendra. Podría afirmar que, en su momento, fue el almacén más importante. La foto así lo muestra. El primer caballero de la derecha, de traje oscuro, es mi abuelo, Bartolomé Antola.
Relato de Jorgelina Pautasso.
El Almacén de Ramos Generales Echegaray, Antola y Cía, tenía de todo, y vendía por kilo fideos, arroz, yerba que sacaban de grandes cajones de madera con una «pala» o «cuchara» de metal y te lo daban en una bolsa de papel, recuerdo las masitas sueltas en las pintorescas cajas de lata con un vidrio o visor en una de sus caras para poder verlas y elegirlas…Tenía un amplio portón ( todo el ancho del negocio de Hugo Delarmelina hoy) que atravesábamos con Mariné por un pozo que se había hecho en la unión de los dos» brazos» del portón, por ahí nos metíamos para ir a jugar en sus galpones: una divertida odisea!!.En el mismo lugar, años más tarde, Sampaolessi. Sus vidrieras exponían gran variedad de artículos para el hogar y sus famosas máquinas de escribir.(Palabras de Pini Errifai en publicación La «Belgrano» al 500)