LA IGLESIA SANTA MARGARITA REINA DE ESCOCIA DE GALVEZ
Historia y Valoración.
Willams N. Alcaráz
Gálvez (Sta.Fe)
I – GALVEZ
Como otros tantos pueblos tiene su origen en el tiempo de la expansión ferroviaria que se da en el trascurso de los años 80 del siglo XIX en la provincia de Santa Fe.
Con el paso del ferrocarril Buenos Aires y Rosario (FCBAyR) en su prolongación hasta Sunchales, se instala en terrenos adquiridos al Dr. José Gálvez una estación que recibe la denominación de Gálvez.
Al mismo tiempo alrededor de la misma se efectúa el trazado de una urbanización que recibe la aprobación del Poder Ejecutivo el 15 de octubre de 1886 con la denominación de Pueblo Estación Gálvez y un mes más tarde se habilita al servicio público la sección Rosario – Gálvez del ferrocarril (1).
Desde sus inicios el pueblo se perfila con una importante actividad comercial y de transporte de cargas, lo que se traduce en crecimiento poblacional y movimiento socio- económico, esto le permite alcanzar en 1939 la categoría de Ciudad; posteriormente se ira incorporando el sector industrial con preponderancia del rubro metalmecánica.
II – FUNCIÓN DE UN CENTRO URBANO
En nuestro caso el ferrocarril aceleró el proceso de la colonización agrícola adyacente y el centro urbano en torno de la estación permite proveer a los colonos diversos servicios por lo que se instalan desde sus inicios el herrero, el carpintero, el almacenero y tendero, surge la primer carnicería, el despacho de bebidas, luego el restaurante, tiene su sede el Juez de Paz; es designada la Comisión de Fomento, se crea la primera escuela y por consiguiente el templo católico.
Hasta ahí llegaban las familias campesinas el día domingo para asistir a misa y luego hacer las compras. Al respecto Gabriel Carrasco expresa:
El colono, acostumbrado a hacer perpetuamente la vida de familia, se traslada con su carro (que, entre paréntesis, ha sido hecho en la misma colonia ), guiando él mismo sus caballitos llevando a su lado a su familia, detrás los sirvientes o peones, y por último, hasta seguido de los perros de la casa. Así se hace sus leguas y llegan al punto en que hay iglesia, donde cumple sus deberes religiosos. En seguida van a festejar el día en el almacén más próximo; allí encuentran preparada una buena alimentación y sobre todo, buen vino; pasan el resto del día en conversaciones, músicas, bailes y cuando las sombras de la noche tienden su manto, recogen sus caballitos y regresan a sus hogares.
Esto sucede donde hay iglesia; donde no hay iglesia, no van
III – LA FE EN UN NUEVO ESPACIO TERRITORIAL
Algunos criollos y las familias inmigrantes fueron el principal componente de la población que comenzó a cambiar el perfil del horizonte del campo santafesino. Principalmente esos grupos humanos provenientes de las regiones en su gran mayoría de la zona norte de Italia, los que además, de su impulso laborioso para trabajar el suelo traían un componente cultural que era su fe religiosa, principalmente de la Iglesia Católica Apostólica Romana.
Acostumbrados en sus pueblos y villas de origen a participar del culto en la capilla o iglesia, contando además con la presencia del sacerdote en la casa parroquial. Si bien aquí la religión del país es la misma que ellos profesaban, el contexto donde se desarrollaba la vida diaria era totalmente distinto.
La única iglesia existente en el departamento San Jerónimo era la de Coronda.
Entonces por mucho tiempo estuvieron casi aislados, sin recibir el auxilio dadas las distancias en que se encontraban de la citada Iglesia a la que podían llegar en muy pocas oportunidades y en algunas veces visitados por el Párroco de aquel lugar en sus periódicas salidas en misión para administrar los Sacramentos.
Mantener la fe en medio de estas circunstancias puso a prueba las convicciones de los recién llegados, algunos de ellos trajeron sus devocionarios, como el Manual de Filotea donde hace recomendaciones relacionadas con la asistencia al templo (3). pero otros solo lo que conocían de memoria.
Con el surgimiento del pueblo como centro de una colonia o alrededor de una estación ferroviaria, ese laicado que mantiene su Fe en la adversidad es el que impulsa la erección de la Capilla o Iglesia y tener un sacerdote en el lugar; contado con el apoyo de los comerciantes para concretar la obra, porque así éstos en el futuro podrían acrecentar sus negocios.
IV – LA CAPILLA
Ya fundado el pueblo Estación Gálvez, no se deja pasar mucho tiempo para construir una Capilla, iniciándose las tratativas al 25 de Abril de 1887, con una reunión convocada por la Comisión de Fomento para el tema de la Escuela e Iglesia (4).
Su construcción se efectuó entre los años 1887 y 1888, en el mismo sitio que luego ocupó la actual Iglesia.
La humilde capilla estaba asentada en barro de 1-1/2 ladrillo, de unos 4 m de altura con un ancho de 8 m por 12 m, sin revoque tanto en el interior, como en el exterior; posteriormente se le efectuó una ampliación que la extiende a unos 20 m de largo.
Para su habilitación hubo algunos inconvenientes, al respecto el Padre Rinaldi dice:
El albañil para hacerse pagar tuvo que tenerla cerrada mucho tiempo. Para
Casa y Sacristía había un miserable cuarto…
Esta situación parece haberse solucionado pasado ya más de la mitad del año 1888; con fecha 20 de Setiembre de ese año, el Obispado de Paraná designa el Padre Enrique Niemann S.J, establecido en San Jerónimo Norte para actuar como Capellán en Estación Gálvez, según el decreto:
Se concede al P. de S. Jerónimo facultades de Capellán de la Estación Gálvez
y Colonia Santa Margarita, y autoriza a bendecir la Capilla provisoria
Había una sentida necesidad de contar con un sacerdote en el lugar y de ello da cuenta el periódico La Reforma del 27 de Setiembre de 1888, en la nota del corresponsal en este pueblo al Director, se expresa:
Por fin tenemos cura y pronto los fieles tendrán el gusto de oír misa. Esto
era esperado con ansiedad
El Libro 1º de Bautismo se abre el 7 de Octubre de 1888, considerándose esta fecha como la de habilitación de la Capilla, al no haberse encontrado otra referencia.
V – EL NUEVO TEMPLO
Un largo camino hubo de recorrerse hasta que se comenzó a erigir el nuevo templo. Pasado un tiempo relativamente corto y en vista de la pequeñez de la Capilla existente y la deficiente construcción de la misma, dado que ya había desviaciones en algunas de sus paredes y problemas en la techo, el Padre Domingo Rinaldi, llegado aquí el 9 de Junio de 1893, concibe la idea de erigir un nuevo templo acorde a las necesidades de este pueblo y colonias vecinas, en lento pero constante progreso; pensando en el santuario de la Madonna de Tirano (pueblo del norte de Italia) como modelo para la nueva Iglesia.
Incesante fue la actividad para comenzar la Iglesia o por lo menos reparar la Capilla existente. La falta de escritura a favor del terreno del Arzobispado donde estaba emplazada, hacía que no se concediese el permiso correspondiente.
Se hacen gestiones ante el Dr. José Gálvez, propietario del terreno y a su cuñado y apoderado Celestino Rosas, en el año 1899 para la escrituración, sin resultados positivos. Pero se recibe la promesa formal de que se podría utilizar sin problemas el solar, que ya estaba donado y no lo iban a reclamar (9).
Las diversas diligencias para obtener la autorización de construir, continúan durante todo el año 1900, en junio de ese año se expide un permiso para iniciar las obras de refacción del edificio existente (10).
El P. Domingo Rinaldi se ausenta por estos días de Junio y regresa de Europa, concretamente de Cologna y Tirano (en Italia) a comienzos del mes de Octubre de este mismo año; la licencia de refacción concedida queda descartada, ya que su gran preocupación era la de concretar la creación de un nuevo templo; es así que a comienzos de 1901, reinicia las tratativas para la construcción del mismo; pero las dificultades ya citadas subsisten.
La mayoría del vecindario insiste en que debe hacerse en el lugar en que ya está establecido y que no habrá problemas; Ambrosio Colombetti y Miguel Picco ofrecen donar varios solares para construirla en otro sitio.
El 25 de Marzo de 1901, se efectúa una importante reunión para tratar los ofrecimientos a la que asisten los propietarios y gente de más representación del pueblo y de la campaña. El Pbro. Rinaldi informa que:
“El pueblo quiere la Iglesia aquí en donde ya hay Casa Parroquial y la Plaza; a un paso más lejos no quiere poner nada.”(11).
En la citada reunión se conformó una comisión para el nuevo templo; a fines de Abril el clima es favorable, se ha formado una lista de suscriptores de aportes y otras contribuciones que alcanzan a $14.110. El Párroco se dirige por nota al Provisor y Vicario General del Obispado para comunicarle la actividad desarrollada para iniciar las tareas pero insistiendo en la ubicación:
“La voluntad del Pueblo y la suscripción hecha es para aquí nomás; por otro paraje retiran las firmas y pagan nada”.
A esta altura de los trámites, el Arzobispado de Santa Fe, tenia suficiente información de la decisión de llevar adelante el proyecto por lo cual, el obispo Juan Agustín Boneo decide autorizar la construcción tan solicitada. Así el 2 de mayo de 1901, emite la ansiada autorización para construir el nuevo templo.
VI – LA CONSTRUCCIÓN DEL TEMPLO
Ya superada la indefinición suscitada por la propiedad del terreno, comienza una nueva y larga etapa, que es la de construir el templo. El Pbro. Rinaldi se aboca a definir el proyecto para la Iglesia ya que prácticamente había quedado solo en esta empresa y disminuido el radio de acción de la Parroquia, al ser separada el área de Campo Irigoyen y los de López decidieron hacer la Iglesia en su pueblo (14), por lo que se ve reducido el número de aportantes para la obra.
Tiene que reflexionar profundamente, dado los inconvenientes que surgían para iniciar la edificación, expresando en su informe:
Confié en el Señor y me abalancé a la ardua empresa. Convoqué al pueblo y se escapó, volví a la carga agarrando uno por el brazo, acariciando la barba de otros. Se firmó una lista de ofertas sin compromiso legal por si se haría la Iglesia. Subió a cerca de siete mil pesos; pero nadie quiso aceptar la Comisión. Hice otra tentativa de formar Comisión, se alcanzó un simulacro
En Mayo de 1901 se firma un contrato para la provisión de trescientos mil ladrillos colorados y rosados.
Pero la comisión pro-construcción del nuevo templo se disuelve; el Pbro. Domingo Rinaldi en julio de 1901, expresa que se encuentra solo. Abstraído en las reflexiones y la oración sin tener todavía una decisión para encarar una solución a las dificultades que se presentaban, acontece algo importante por esos días, llegan dos carros con arena. Que no había encargado, asombrado
“ Lo tomé como una señal que Dios quiere la Iglesia, y ánimo dije…”
Este suceso le hace renovar el ánimo, vuelve a requerir colaboración y contratar otros materiales para iniciar la construcción (18), e invita al Provisor y Vicario General Silva para bendecir la piedra fundamental.
Tras algunas consultas con el Ingeniero Arturo Lomello de la ciudad de Santa Fe, quien le proyecta una iglesia con la torre del campanario al frente según lo que se indicaba para la construcción de los templos por la Curia; pero al no coincidir con la idea del Párroco Pbro. Domingo Rinaldi que era de construir la iglesia con la torre al costado y atrás; dicho proyecto concluye aquí; quedando en firme el esquema de este último tomando como modelo el Santuario de la Madonna de Tirano (Italia) que se concretará en líneas generales.
En esta nueva etapa, ya de ir materializándose la obra no hay registro de la intervención de algún profesional de la arquitectura para el diseño del templo por lo que los trabajos fueron dirigidos por constructores con buenos conocimientos para un proyecto de estas características. El propio Pbro. Rinaldi viaja en 1900 a Italia para visitar a sus familiares en Cologna y Tirano por lo que habrá tomado datos de cómo estaba construida aquella iglesia y consultado con entendidos de aquel lugar.
También entre 1900 y 1911 viajaron los albañiles Ángel y Juan Tonini que provenían de poblados vecinos a Tirano; por lo que se sabe fueron estas tres personas las que han traído información para ir plasmando el trabajo de las diversas etapas de la edificación del cuerpo central de la Iglesia.
Los días 21,22 y 23 de Setiembre de 1901, llega en visita pastoral a la parroquia de Gálvez, el Obispo Juan A. Boneo. Entre las diversas actividades desarrolladas aquí el día 21, está el acto de bendición de la piedra fundamental del templo a construir.
El 21 de Octubre de1901, comienza la tarea de abrir los cimientos y hasta fin de año, se continúa con buen ritmo, pero luego se paraliza temporalmente el trabajo por falta de materiales y dinero. Hasta ahí los trabajos eran dirigidos por Víctor Lucatelli (o Locatelli) pero
“ Viendo que no había plata, se mandó a mudar ” (19).
Siendo reemplazado por Carlos Alberti. A fines de 1902 el Pbro. Rinaldi en nota al Obispo indica que la obra llega a los ocho metros de altura y aparecen los primeros elogios, que no es una Iglesia de Campaña, sino de Ciudad. (20) La obra contaba también con el aporte de los obreros que:
“ … Siendo para la Iglesia trabajaron a un tercio de jornal de menos “.
Un nuevo contratiempo, el constructor Alberti fallece inesperadamente. Ante esta nueva detención de los trabajos el Pbro. Rinaldi ya por 1907 consigue que Ángel y Juan Tonini asuman las diversas tareas de llevar adelante la obra, personas que sin duda ya venían colaborando con el Párroco.
Pero para verla concluida todavía pasaran muchos años. En 1908 ya está hecha la bóveda y el piso; hay buenas sacristía, está el altar mayor, pudiendo ya celebrar en los tres altares. (22)
Ahora el Pbro. Rinaldi, es mucho más optimista, la gente queda admirada por parte del edificio, lo que él reconoce, pero también recuerda:
En efecto es el edificio mejor de aquí, hubo quien dijo que la Iglesia
adelantaría al pueblo cien años. Yo, que oí decir de alguno que pagarían
para que no hubiese Iglesia, me alegro al ver que el primer rayo de sol
naciente indora sus murallas de elegidos ladrillos
En 1910 se termina el techo y la cúpula, así como trabajos menores y revoque interno. 1911, se trabaja en la Casa Parroquial, es revocada la Cúpula y se construye el cupulín.
Para diciembre de 1912, está colocado el piso de mosaico con balaustrada, tribunas y escaleras. Se hace la instalación eléctrica a comienzos de 1913, comprándose en este año, cincuenta bancos de cedro lustrado y dos piletas de mármol.
En 1914 se adquiere el púlpito y un confesionario. Concluidas ya las tareas en el edificio de la Iglesia quedaba por hacer la torre para el campanario, pues:
“ La Iglesia sin campanario es como una reina sin corona, pensé pues en
ponérsela “.
El Pbro. Rinaldi se aboca nuevamente al acopio de materiales. Pero quedaba por resolver un importante problema y el costo de contruirla; al frente como indicaba el reglamento del Obispado o al lado del Evangelio que con menos recursos se podía hacer. Prevalece la opinión de hacerla según la segunda propuesta.
En razón de esta resolución el Pbro. Rinaldi se dirige por nota al Obispo Boneo, en fecha 9 de mayo de 1916, en donde vuelve a insistir en su argumentación sobre la ubicación de la torre, planteando una serie de puntos y la conveniencia económica de lo propuesto; contado además con la opinión favorable de la feligresía.
La Resolución fue favorable e inmediata, el 12 de mayo de 1916, Monseñor Boneo autoriza lo pedido; de inmediato se pone en marcha el trabajo y ocho meses más tarde se ha concluido; el Pbro. Rinaldi dirá:
el bello campanario, la hermosa torre de Gálvez se veía a tres leguas de
circunferencia
La solidez de la construcción se vio puesta a prueba por una tormenta huracanada cuando estaba prácticamente terminada. A fines de Setiembre de 1919 son recibidas tres campanas. (32)
La creación de la torre estuvo a cargo de los constructores Enrique y Vicente Pavía; quienes luego llevaran adelante junto con su hermanos Mario la obra de ampliación del Templo. En el año 1919 se inician las tareas para ampliar la Iglesia con dos naves laterales, pero recién en el año 1920 el Pbro. Rinaldi solicita formalmente la autorización de la ampliación emprendida y que desea verla terminada:
yo que soy el fundador, y temo que faltando yo, que estoy dispuesto a
nuevas sacrificios, no se haga más, ruego humilde y encarecidamente a
V. Ecia. Rema, me dé su beneplácito, para que antes de morir o irme de
Gálvez la vea cumplida
En el transcurso de 1920 se colocó el portal de cedro lustrado. El Inspector de Parroquias en su informe de la visita efectuada en 1922, destaca la labor realizada por el Pbro. Domingo Rinaldi, tras lo cual el Obispo, envía una nota al Párroco de Gálvez. Los trabajos concluyen a comienzos del año 1925, recibiéndose nuevamente una Comunicación del Obispo Boneo donde le expresa la más viva satisfacción por la terminación de las obras del templo.
Por su parte la Comisión de Fomento, se aboca a la compra de un reloj para la torre, el cual es colocado en los primeros meses del año 1923.
El Pbro. Rinaldi tenía en mente la ejecución del revoque exterior de la Iglesia; pero esto no se alcanza a comenzar, el 17 de Marzo de 1928, entregaba su vida al Creador.
VII – Algunas referencias sobre el edificio de la Iglesia
Está construida con ladrillo asentados en mezcla de cal y arena, con pisos de mosaico, siendo escasas las aplicaciones de mármol. Su nave central al nivel superior del techo alcanza los 15,15 m, la cúpula 24 m y la torre del campanario 44,16 mts; con un ancho de 22,73 mts y de largo 40, 45 mts (37).
La Iglesia cuenta en su interior con ocho gruesas columnas de material que son el sostén de toda la estructura, a las que suman dos más situadas al inicio del presbiterio y se confunden con la pared.
Las seis primeras, a partir del pórtico tienen una base de 3,20 metros cuadrados, las que continúan y sirven como sostén de la cúpula son más amplias, con una base de 7,60 metros cuadrados, En las paredes laterales hay columnas de las llamadas toscanas en números de catorce sobresaliendo de la pared unos 20 cm.
El techo interior de la nave central es una bóveda de cañón corrido. Quedando un espacio central donde se ubica la mayoría de los fieles con un ancho de 8,20 mts. y su largo es de 24 mts. En cuanto a las naves laterales tienen 5,30 mts de ancho y 18,80 mts. de largo respectivamente.
El sólido conjunto horizontal del edificio comprende la nave central y las laterales, el crucero, el presbiterio y las sacristías laterales; mas de las cuales sirven de base al campanario. En la parte superior de la nave central antes de llegar al presbiterio se eleva una parte cilíndrica con una serie de aberturas y encima de esta la cúpula media naranja con una linterna que le da terminación.
La torre de 5,54 por 5,54 mts de lado es rematada con cúpula y linterna alcanzando los 44 mts de altura.
Las líneas arquitectónicas del edificio responde al estilo neorrománico y la torre al neogótico en forma general.
VIII – CAMBIOS EN LA ORNAMENTACIÓN INTERIOR DESPUÉS DE 1930
En cuanto a la ornamentación interior ha sufrido profundos cambios desde la muerte del Pbro. Rinaldi ya que en la década del 40 se reemplazó el altar construido por él y se pintó y decoró el presbiterio con el triunfo de la eucaristía con un coro de ángeles en adoración. Las paredes del mismo y el resto del templo se pintaron en imitación de tapicería y los arcos iban decorados con fondos de oro laminado.
Tras el Concilio Vaticano II se llevaron a cabo una serie de reformas retirándose los altares laterales y el Altar Mayor fue suplantado por una sencilla pero noble mesa, el ambón para la proclamación de la Palabra y la sillería para el celebrante y sus ministros. Por otra parte, impedidos de poder llevar a cabo una restauración de la pintura del templo, tanto en las naves como en el presbiterio – debido al alto costo – se decidió repintar con tonos claros.
Recientemente se han hecho trabajos en el presbiterio que fue ampliado, y además se ha construido un altar fijo y otro para el sagrario, todos revestidos en mármol.
IX – EL ARCHIVO PARROQUIAL
Otro aspecto aparte de lo edilicio y que completa la presencia de la Iglesia es lo patrimonial y fuente testimonial que representa el archivo Parroquial al conservar los documentos sobre la actividad de la Parroquia y los datos de la feligresía gálvense desde los inicios de los registros a partir del 7 de octubre de 1888.
Encontrándose en él los libros de Bautismos, Casamientos, Defunciones, de Confirmaciones, libros de Fabrica, informes y otra documentación archivada.
Este material se encuentra en las Casa Parroquial anexa a la Iglesia y ordenado por la secretaria de la Parroquia, según las indicaciones del Arzobispado, no obstante ello requiere ser tenido en cuenta para que esa documentación se mantenga en buen estado de conservación y consulta; dado que es parte importante del patrimonio local.
IX – PRESERVACIÓN DEL PATRIMONIO LOCAL
Como parte del Plan Estratégico Gálvez (PEG) se está trabajando para dar los lineamientos definitivos al Programa de Preservación del Patrimonio Urbano de la Ciudad de Gálvez. Al momento se está en la búsqueda de datos y antecedentes para organizar el Inventario de Obras y espacios de Interés Patrimonial; por otra parte miembros del Honorable Concejo Municipal están reuniendo información para la elaboración definitiva de la Ordenanza respectiva.
Se contempla efectuar una campaña de concientización de la población acerca del patrimonio urbano que nos rodea.